Sí, acepto… ser la madrina, ser el padrino

Apuntes

(Válido, como todos los temas de esta Libreta, para hombres. Ustedes también hacen parte de nuestras historias).

Dicen que cuando encontramos nuestro lugar en el mundo, lo sabemos. Lo sabemos porque lo sentimos. Lo sabemos porque una especie de eco en el corazón nos dice que ahí es, que nos quedemos. Pertenecemos a libros, a ciudades, a recuerdos, a personas. Sobre todo, eso: pertenecemos a personas. Con los padrinos de matrimonio pasa lo mismo. Hay un eco por dentro que te da la respuesta, el nombre. Que te dice las razones, los motivos. Que te hace sentir que ellos son: que ellos pertenecen a ese “título”. En esta Libreta morada queremos compartirles algunas ideas para que las dudas huyan y las respuestas lleguen.

Un sí (también) muy esperado

¡Qué se aliste la creatividad porque maneras hay muchas! Diana Urrea, wedding planner de TuCuento, ha sido testigo de las invitaciones a comer, los mini kits, las tarjetas con mensajes especiales, los detalles en la portería para sorprender, los chocolates y dulces, las fotos impresas y las cervezas que tienen la intención de recibir un “sí, acepto ser el padrino/madrina de esta historia”.

A María Fernanda, Sara le propuso ser su madrina espontáneamente. Como las primas-amigas que han sabido ser desde siempre, se citaron en un almuerzo para contar la historia (de la propuesta de matrimonio, claro) sin reducir ningún detalle. Al final, Sara le entregó una caja a María Fernanda haciéndole creer que Santiago (el novio de esta historia) se la había dado a ella (al final de la propuesta). Pero, resultó siendo la cajita-sorpresa con fotos desde que estaban pequeñas que decía: ¿Serías nuestra madrina de matrimonio?

Nuestro consejo: ¡gócense esta historia en todas sus etapas, háganlo con su sello, con su estilo, con su encanto!

Testigos y compañeros

La leyenda cuenta que la novia elige a la madrina y el novio al padrino, pero Diana, de nuevo, que está tan cerca de tantas parejas, nos confirma que a veces es al contrario: a veces entre los dos, a veces uno sabe y el otro no. Para los indecisos, la buena noticia nos la contó Jorge Mario Valencia, sacerdote católico: aunque el acta matrimonial solo la firman dos, se pueden tener tres madrinas, tres padrinos, dos padrinos y una madrina. No hay un número establecido, ni tampoco género. El secreto es elegir personas idóneas, porque los padrinos son testigos, sí, presencian la unión religiosa, firman un acta matrimonial, están ahí para testificar. Pero más allá de eso, son compañeros de camino. Y, en este punto, sí hay más trascendencia: esas personas que se eligen acompañan, aconsejan y, si es preciso, guían. Están para recordar que el cariño se forma en la cotidianidad y no en lo extraordinario, que a los días agrios —muy agrios— hay que sortearlos con diálogo y que construir raíces profundas es para árboles eternos.

Para Diana hay tres palabras infalibles: cercanía, confianza y afinidad. Los novios deberían elegir —y suelen hacerlo—a aquellas personas que los conocen bien, en quienes confían porque ellos también confían en ese amor. Para que en la ceremonia, sean apoyo: la madrina le arregle el velo, le reciba el bouquet, le preste un pañuelo si está llorando y el padrino lleve los anillos, participe de las lecturas. Pero sobre todo, para que después, en la cotidianidad, sigan siendo apoyo, equilibren las emociones, impulsen y recuerden que el camino sigue.

Los padrinos ideales, según Manuela Mesa, wedding planner de La Roja Perdiz, son aquellos capaces de ser imparciales en todas las situaciones, de aconsejar sin tomar partido. Y bueno, por qué no, también los que se encargan de los paseos, los eventos o las rumbas para despedir la soltería. Otras funciones, para que tomen nota, son: acompañar a los novios a escoger el vestido y el traje; la madrina suele regalarle la liga a la novia; organizar un shower (en caso de que hagan alguno antes del matrimonio); y estar pendientes de su comodidad el día del matrimonio.

Caminar juntos

La tradición de los padrinos (católicos) tiene que ver con la fe. Una fe que se construye en comunidad, que respalda, que acoge. Lo bonito de esta tradición es que, sin importar religiones, es transversal a todos los rituales. Los padrinos terminan siendo esa compañía para caminar, esos testigos incondicionales, ese lugar que encontramos en el mundo, ese abrazo, esa casa, esas personas a las que de alguna manera pertenecemos porque están dentro de lo que somos.

El secreto es elegir personas idóneas, porque los padrinos son testigos, sí, presencian la unión religiosa, firman un acta matrimonial, están ahí para testificar. Pero más allá de eso, son compañeros de camino

POSDATA:

- Una fotocopia de la cédula (o del pasaporte, en caso de ser extranjero) es lo único que se necesita para que los padrinos puedan firmar el acta matrimonial.

- Por tradición y por facilidad (en cuanto al papeleo) los que firmen el acta matrimonial, son dos personas (pueden ser dos hombres, dos mujeres o una mujer y un hombre), pero pueden haber muchos más padrinos y madrinas “espirituales”.

- El papá y la mamá de los novios pueden ser padrinos (no hay ningún impedimento desde el derecho canónico), pero implícitamente ya lo son. Lo ideal, entonces, es elegir a otras personas.

ISABEL ESTRADA NOS CUENTA... 

Isabel Estrada (wedding planner) cree que no hay reglas. No hay formas correctas o incorrectas. Todo depende de los novios, de sus gustos y su manera de comunicar las cosas. Cree también que el papel de los padrinos está muy presente en la religión católica, en las otras es más simbólico. Sin embargo, con la figura de las wedding planner, —esas hadas madrinas que tienen mil ojos y todo bajo control—, el día del matrimonio, los padrinos también se pueden relajar y disfrutar.

Un dato interesante que nos contó: hay algunas iglesias “caprichosas” con el tema de los padrinos: exigen que sea un hombre y una mujer exclusivamente. Hay otras, en cambio, (también católicas) que no le ponen misterio al asunto. Si de pronto tienes dos madrinas o dos padrinos, aquí están algunas de esas iglesias flexibles:

Iglesia San Lucas
Dirección: Cra. 25 B # 20 Sur–35. Poblado.
Teléfono: 317 12 65 

Iglesia Santa María de Los Ángeles
Dirección: Cra. 46 # 15 Sur - 93. Poblado.
Teléfono: 313 16 41

Capilla Ermita La Candelaria
Dirección: El Retiro, Antioquia.
Teléfono: 542 09 08

ESTE TEXTO FUE ESCRITO POR JULI LONDOÑO PARA LLM.
(EN INSTAGRAM LA ENCUENTRAN COMO @CARECOCO). HERMANA DE PABLO, DE SANTIAGO, DE FELIPE. PERIODISTA, ENAMORADA DE LAS LETRAS HECHAS LIBROS, HISTORIAS, VIAJES, CANCIONES DE SABINA. SU FIRMA TIENE –SIEMPRE– UN ESPACIO EN LAS PÁGINAS DE ESTA LIBRETA MORADA.
FOTO PORTADA: VDF

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