Melissa + Rafael

Aunque suene a lugar común, se arriesgan a decir que fue el día más feliz. La energía de todos. El encuentro de ellos dos antes de la ceremonia. La sorpresa del papá de ella. Eso es quizás el amor: una serie de momentos que se quedan fijados en ese lugar llamado memoria y cuando se recuerdan, el corazón vuelve a sentirse vivo.

UN ENCUENTRO PLANEADO

Dos amigas que tienen en común se pusieron a pensar que quizás, Melissa y Rafael combinarían bien. Inventaron un plan para que se conocieran. Él sabía. Ella no. Las amigas acertaron: después de ese día, siguieron hablando, siguieron conociéndose: los dos tan familiares, tan fanáticos de los viajes y la gastronomía por conocer. Ella que disfruta de hacer ejercicio, de maquillar. Él que anhela su acordeón para gozarse la vida con los que quiere. Después de ese encuentro planeado, pasaron tres años de un amor tranquilo, feliz.

LA PROPUESTA

Rafael llevaba un tiempo con el anillo comprado. Una noche aprovechó para decirles a sus mejores amigas que lo ayudaran a decorar la finca de su papá. Esa finca que guarda los sueños que tuvo su mamá de envejecer allí, de vivir esa vida nueva cuando ya los hijos se hubieran ido de la casa.

Sus amigas, entonces, le ayudaron a crear un picnic nocturno, con lucecitas, cojines, mantas, velas y flores. Un rinconcito acogedor y romántico. Melissa estaba en la despedida de un amigo del trabajo, cerca del lugar. Cuando se terminara el evento, la recogería. Contrató un fotógrafo, alguien que los filmara: quería que ese día estuviera congelado en un parasiempre tangible.

Se conoce bien y no quería que los nervios le cambiaran las emociones, entonces hizo un video con fotos de los dos que al final, tenía la pregunta: ¿quieres ser mi esposa? Cuando ella lo terminó de ver, él le mostró un anillo. Una noche que parecía cotidiana se convirtió en un recuerdo poderoso. Esa es la dicha de la vida: contemplar lo cotidiano como el gran tesoro. Seguramente, su mamá, desde el cielo, sonrió porque esa finca en la que anheló pasar su vida estaba siendo el lugar de la felicidad de su hijo. Es eso también el amor: transferir los sueños más legítimos para que se mantengan a flote.

LO QUE TENÍAN CLARO

Tenían claro que querían una fiesta. Sobre todo, por Rafa: tan amiguero, tan social, con una familia tan grande. Querían una rumba; ese era el centro de todo el asunto. Una rumba para gozarse la vida, el amor, el tiempo juntos. Querían un lugar que sus amigos (con los que suelen ir a más matrimonios) no conocieran. Eligieron Villa Celeste. Un lugar, también, que iba en la misma vía de la decoración: boho elegante. Un lugar acogedor y a la vez, con mucho verde.

De principio a fin, fueron equipo. Estuvieron involucrados en todo. Contaron con el apoyo de una wedding day (Alihadas), pero no de una wedding planner. Se gozaron el proceso, la planeación, los días previos a esa felicidad genuina.

Querían una decoración que incluyera plumas, colores pasteles, que prestara mucha atención a los detalles. Un tanto natural sin perder el foco de la elegancia. Melissa lo tenía claro: llegó a la oficina de Caro Chica con imágenes referentes donde varios elementos (cobre, rosas, colores claros, trigo, rattan) se repetían. Con ellos crearon un concepto que Caro Chica describe como romántico-natural-bohemio.

Los detalles fueron lo que más disfrutaron: servilletas estampadas, tarjeticas con el nombre de cada persona y un mensaje de gratitud por estar acompañándolos; marca mesas con nombres de lugares en los que habían estado juntos y aquellos que visitarían en la luna de miel…

Durante el coctel: sangría Legrí (la preferida de ambos) para maridar con madurados… Ese momento, el coctel, lo querían recordar, estar presentes, brindar con los que más quieren; por eso, para sentirse unos invitados más de su propia fiesta, para gozarse cada instante, decidieron tener una sesión fotográfica antes.

EL VESTIDO / EL TRAJE

Si para la fiesta Melissa tenía muchas cosas claras, para el vestido no tanto. No sabía si mandarlo a hacer, si alquilarlo, si comprarlo. Le recomendaron varios lugares y se dedicó a buscar su silueta. Con eso listo, se enteró de De Novia a Novia y allí lo encontró: uno de la colección cápsula de Luisa Nicholls. Lo compró y se reunió con ella para ajustar detalles. Una capa, por ejemplo. Ese vestido que Luisa diseñó pensando en alguna novia se convirtió en el vestido de Melissa. En el que se sintió ella, en el que se disfrutó como sin afanes.

Con el traje de Rafael el turno fue para Lugó Lugó. Lo hicieron especial aquellos forros internos (del chaleco y del blazer) que los hermanos diseñadores personalizaron con una ilustración de los lugares a los que han viajado juntos Rafael y Melissa. Ese anhelo por volver tangibles los recuerdos se repite en ellos una y otra vez, como exigiéndole a la memoria que mantenga intactas las sensaciones que los conectan el uno al otro.

ESE DÍA EN TRES MOMENTOS

Aunque suene a lugar común, se arriesgan a decir que fue el día más feliz. Cada persona, cada energía, cada gesto de cariño hacia ellos… El paso a paso, desde el amanecer hasta el anochecer está nítido, está vívido en las sonrisas naturales que salen cuando hablan de su matrimonio. Y, sin embargo, si tuvieran que resumirlo, lo podrían hacer en tres momentos:

Cuando se vieron por primera vez: en esa sesión fotográfica que hicieron en una casa en Fizebad antes, mucho antes de la ceremonia. Los dos, en la intimidad de la naturaleza mirándose a los ojos, hablándose desde lágrimas de alegría, desde manos temblorosas de amor, desde la serenidad de estar más juntos que siempre.

Cuando se volvieron a ver en la iglesia, en la ceremonia: y los nervios no habían cesado. Y la emoción no se había ido. Y las lágrimas de alegría volvieron. Y parecieron una familia al lado de los siete sobrinos de Rafael siendo sus pajecitos. Y escucharon al padre Pedro Justo Berrío hablar con la naturalidad que anhelaban. Y se miraron, otra vez, y muchas veces, para leerse sus votos.

…porque conoceremos el mundo y nos conoceremos cada vez más el uno al otro. Porque construiremos con respeto, entrega, amor y comunicación, le dijo ella.

Cuando antes del primer baile, el papá de ella los sorprendió a todos: con esa canción que había grabado, que había ensayado tantos días, que le dijo al dj que la pusiera a sonar en su propia voz. Con esa canción que bailaron, para después, ella bailar con Rafael. Como una transición de la vida hablando en canciones. Como el legado del amor esparciéndose como el viento.

Yo te vi llorar, yo te vi reír,
y tus primeros pasos los diste junto a mí,
pero yo sabía que algún día tú volarías,
y hoy mi corazón llora, más llora de alegría…

. . .

De parte de esta Libreta, queremos decirles que sigan creyendo: en esa utopía de sentir que existe un día en el que la felicidad toca el techo, su punto más alto, y aun así, esa misma utopía que es el amor, termina sorprendiéndonos, muchas veces, con una dicha mayor.

Una noche que parecía cotidiana se convirtió en un recuerdo poderoso. Esa es la dicha de la vida: contemplar lo cotidiano como el gran tesoro
ESTE TEXTO FUE ESCRITO POR JULI LONDOÑO PARA LLM.
(EN INSTAGRAM LA ENCUENTRAN COMO @CARECOCO). HERMANA DE PABLO, DE SANTIAGO, DE FELIPE. PERIODISTA, ENAMORADA DE LAS LETRAS HECHAS LIBROS, HISTORIAS, VIAJES, CANCIONES DE SABINA. SU FIRMA TIENE –SIEMPRE– UN ESPACIO EN LAS PÁGINAS DE ESTA LIBRETA MORADA.

BONUS TRACK: LA PROPUESTA

Aquí les compatirmos los detalles de ese picnic nocturno, con lucecitas, cojines, mantas, velas y flores. Un sí en un rinconcito romántico y acogedor.

CRÉDITOS

  • Accesorios de la novia: Mallarino (aretas), Luisa Nicholls (tocado).
  • Traje del novio: Lugó Lugó.
  • Zapatos del novio: Gucci.
  • Decoración y ramo: Caro Chica.
  • Comida: Ohlalá Catering.
  • Postres: CakeHome Repostería.
  • Invitaciones: Más que Tinta.

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