Netflix para novias

Apuntes

No hay que buscarles premios de la Academia ni estatuillas de grandes festivales. Tampoco pedirles mucho a su trama y a sus personajes. A las bodas y las novias de las comedias románticas –con toda su colección de vicios, clichés y lugares comunes–, lo único que hay que sacarles es una tardecita libre y muchas crispetas. Y bueno, habrá la que necesite uno que otro pañuelo.

Para reír y llorar. Para ver solas, con la pareja o las amigas. Para sentirse identificadas. Para soñar con ese vestido, con esos zapatos, con esa locación, con ese peinado, con esas flores, con esa ciudad, con ese destino para la luna de miel… Para recordar, también, que en el papel de novia a veces no hace falta estresarse tanto porque, en el cine como en la vida real, casi siempre las historias de amor tienen un final feliz.

Aquí, para ver por primera vez o repetir, nuestra selección de cinco películas de Netflix para novias (o sobre ellas). Dimos muchas veces pause y play para tomar nota de algunos detalles, entre curiosos, útiles y divertidos. Se los compartimos. Obvio, hay spoilers. Pero no importa. Ya saben: es solo una tarde de crispetas y uno que otro pañuelo.

PD: sobre novias y bodas la lista de películas en –y fuera de– Netflix es bien larga. ¿Qué otra se han visto? ¿Cuál recomiendan? ¿Cuál sumarían al plan?

1. LA BODA DE MI MEJOR AMIGO

Julianne, o Jules –interpretada por Julia Roberts–, es una crítica gastronómica que se entera (un miércoles) de que Michael (Dermot Mulroney), su mejor amigo –y amor en silencio– de toda la vida va a casarse (el siguiente domingo) con la rubia y millonaria Kimmy (Cameron Díaz). ¿Su decisión? Aprovechar su papel de dama de honor y valerse de todos los recursos, los más bajos posibles, para sabotearle la boda. "Estoy ocupada. Tengo cuatro días para desbaratar una boda, robarme al novio y no tengo idea de cómo hacerlo", le dice a George (Rupert Everett), su colega y amigo gay, cómplice y confidente de su descabellada misión, además de protagonista de algunos de los momentos más divertidos de la película.

Estrenada en 1997, este año se celebra el aniversario número 20 de este clásico de las comedias románticas, memorable, entre otras razones, por su canción I Say a Little Prayer y la escena en la que todo el reparto –excepto Jules y Michael– la cantan en un restaurante, a manera de musical.

Veinte años después, también, su director P.J. Hogan ha revelado que el personaje de Julia Roberts tenía un desenlace distinto. Después de fallar en su intento de impedir la boda, el plan era que Jules conociera a un hombre en la escena final. Sin embargo, quienes vieron la película en pruebas odiaron tanto a la protagonista que no querían verla feliz. Para agradar al público, la solución fue dejarla en brazos de su carismático amigo George, que un par de minutos antes de rodar los créditos le dice: “Quizá no habrá matrimonio, quizá no habrá sexo..., pero, por Dios, habrá baile".

APUNTES:

- Básico: tener una canción propia para el primer baile. O, al menos, una amiga dispuesta a prestar la suya, a modo de regalo.

- Soñar con un lugar para casarse como en el que Jules le confiesa su amor a Michael. Y que la celebración sea ahí mismo, de día.

- Importante: cerciorarse de que ninguna amiga esté locamente enamorada de tu novio y tenga planes de impedir tu boda. Casos se han visto…

2. DAMAS EN GUERRA

En esta película la protagonista no es la novia, son sus damas de honor. Y en especial una, Annie –interpretada por la comediante Kristen Wiig–, una mujer a la que la vida poco le sonríe. Soltera, con un aburrido trabajo en una joyería luego de cerrar su propia pastelería y terminar con su novio… Y, para colmo de males, nombrada dama de honor por su mejor amiga de la infancia, Lillian (Maya Rudolph). Una vez conoce al resto de damas –Rita (Wendi McLendon-Covery), Becca (Ellie Kemper), Megan (Melissa McCarthy)–, la lucha por ser la preferida de la novia y liderar los preparativos del matrimonio será con una de ellas: la elegante y bien puesta Helen (Rose Byrne).

Esta competencia dará pie a un sinnúmero de momentos irreverentes, divertidos y desastrosos: los discursos de Annie y Helen en la fiesta de compromiso, el partido-batalla de tenis entre ambas; ni hablar del viaje en avión a Las Vegas y, por supuesto, la memorable –de mal gusto, dirán algunos– escena en la tienda de vestidos. ¿Cuál dama ganará la guerra?

APUNTES:

- Aunque es una costumbre muy americana, si deciden tener en su matrimonio un grupo de damas de honor, la lección más importante de esta película es elegirlas muy bien, no vaya a ser que la guerra pase de la pantalla a la vida real.   

- El personaje de Megan merece una mención especial: por más desagradable y burda que parezca, hay que detenerse en las palabras que tienen para Annie casi al final de la película. La amiga que todas quisieran tener.          

3. GUERRA DE NOVIAS

Si en la película anterior las de la peleíta eran las damas de honor, en esta comedia romántica el duelo sí es entre novias. Y, peor aún, entre dos mejores amigas. Emma (Anne Hathaway) y Liv (Kate Hudson) soñaron desde niñas con casarse un día de junio, cualquiera, en el lujoso y elegante Hotel Plaza de Nueva York. Años después, el destino parece recompensarlas cuando a las dos les proponen matrimonio casi de forma simultánea.

Sin embargo, por un error de la asistente de la wedding planner –que ambas comparten– las bodas son reservadas para el mismo día y una de las dos tendrá que cambiar la fecha. Como ninguna de las dos está dispuesta a ceder, se desata entre ellas una “guerra” con un objetivo claro: valerse de todos los medios para arruinar el matrimonio de la otra. ¿Quién triunfará?

APUNTES:

- Si bien para la mayoría de los críticos la película clasifica como “completamente olvidable”, en la época de su estreno –año 2009–, y aún hoy, la cinta se ganó un lugar en el recuerdo de muchas mujeres por los vestidos de novia que lucieron sus protagonistas, ambos firmados por la diseñadora Vera Wang. “¿Crees que hay algo mejor que un Vera Wang? Así como el chocolate es lo más delicioso, este vestido es lo mejor que hay”, le dice Emma a Liv cuando esta se prueba un diseño de corte princesa, escote corazón, una falda con capas y capas de tul y una cinta de terciopelo a la cintura. Para Emma, la diseñadora neoyorkina eligió un modelo con un aire vintage, ya que en la película el personaje decide casarse con el vestido que fuera de su madre.

- ¿Alguna amiga cercana que tenga planes de casarse en la misma fecha de tu matrimonio? Nunca sobra la pregunta…

4. 27 BODAS

Este fue el título que recibió esta cinta en Latinoamérica, aunque 27 Vestidos sea su nombre original. Protagonizada por Katherine Heigl, cuenta la historia de Jane, quien ha sido dama de honor en 27 ocasiones, pero –tristemente– nunca la novia. Es tal su amor por las bodas –casi obsesión–, que para ella no es un problema asistir a dos matrimonios en una misma noche, así tenga que pagarle a un taxista para que la lleve de uno a otro, con el compromiso de no mirar hacia atrás mientras ella hace maromas para cambiarse de vestido.

La noche en que logra semejante hazaña conoce a Kevin Doyle (James Marsden), reportero de Compromisos, la sección nupcial del periódico local, quien más adelante será el encargado de que Jane enseñe cada uno de los 27 vestidos que guarda en su armario. El peor momento para Jane llega cuando Tess (Malin Åkerman), su coqueta hermana, se enamora y se compromete con su jefe George (Edward Burns) –a quien Jane ama en silencio– y esta le pide ser, una vez más, su dama de honor. ¿Cómo será su vestido 28?

APUNTES:

- De nuevo, para las novias que se suman a la idea de tener damas de honor, va la divertida escena en la que Jane se mide uno a uno los 27 vestidos, que parecen no caber en su armario. Por favor, tomen nota: ¡tengan piedad al elegir el diseño o la inspiración de estos trajes! “¿El tema era la humillación?”, le dice Kevin a Jane.

- Ah, y para las románticas, la respuesta de Jane cuando le preguntan por su momento favorito de una boda: “Cuando empieza la música y todos se dan vuelta para ver a la novia, yo miro al novio, porque su cara lo dice todo. Es la imagen del amor puro”. Buen dato, también, para fotógrafos y videógrafos.

5. SEX AND THE CITY

Por estos días en que los fanáticos de esta serie de los noventa lamentan que la tercera entrega no llegará al cine, es un buen momento para recordar su estreno en la pantalla grande, en 2008. La primera película le da continuidad a la vida de las cuatro chicas –amantes de la moda, la noche neoyorkina y el Cosmopolitan–, dejada en pausa el 22 de febrero de 2004 cuando se emitió el último capítulo de la serie en televisión. La historia se centra en Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) y el anuncio de su boda con John James Preston (Chris Noth), más conocido como Mr. Big.

Un reportaje y sesión fotográfica para la revista Vogue –con vestidos de Vera Wang, Carolina Herrera, Christian Lacroix, Lanvin, Dior, Oscar de la Renta y Vivienne Westwood– más una lista de 200 invitados terminan por asustar al señor Preston, quien minutos antes de la boda decide no cumplirle su cita a la escritora. Y ella queda ahí, plantada, con su icónico vestido –firmado por Vivienne Westwood– de corte princesa, escote irregular, capas de satín de seda color marfil, tocado de plumas turquesa, velo de tul y ramo de rosas blancas.

Lágrimas (muchas), risas (también), un viaje a México, una Semana de la Moda y los conflictos de las otras tres amigas –Miranda Hobbes (Cynthia Nixon), Charlotte York (Kristin Davis) y Samantha Jones (Kim Cattrall)– serán el camino para, por fin, ver a Carrie Bradshaw y a Mr. Big darse el sí.

APUNTES:

- ¿La Biblioteca Pública de Nueva York para celebrar una boda? Sin duda, una buena inspiración de la película para todas las novias. Se vale salirse de los lugares-locaciones comunes.

- Gracias a Mr. Big, decir “¿te casarías conmigo?” con un par de tacones no es una idea tan descabellada. En esta Libreta, por ejemplo, sabemos de alguien a quien le pidieron matrimonio con una obra de arte. También, de una novia que sueña con que en ese momento sea un reloj y no un anillo el que acompañe su “sí”.

- Menos es más. Otra lección aprendida por Carrie –y por todas– para su segundo intento de boda. Chaqueta y falda, en vez de vestido, un conjunto “sencillo y clásico” acompañado, por supuesto, de su mayor obsesión: unos tacones de satín azul, firmados por Manolo Blahnik. Y en esta misma línea, la celebración: un desayuno, en familia, con amigos…     

- México y Nueva York. Hay que anotarlos en la lista de posibles destinos para la luna de miel o un viaje en pareja. Pronto, en esta Libreta, les compartiremos una guía con recomendaciones para disfrutar de la Gran Manzana.   

- Se equivocan los novios que piensan que esta “película de niñas” no trae buenas ideas para ellos. Escribir-los-votos. Si estas tres palabras les quitan el sueño, aquí pueden encontrar inspiración para enfrentarse a la hoja en blanco. En la cinta, Carrie presta en la biblioteca un libro de cartas que lee una noche a Mr. Big. Aunque tal libro no existía, las cartas sí eran reales. Por eso, al ver el interés que despertó entre los fanáticos, Ursula Doyle decidió recopilarlas y publicar un libro llamado Los grandes hombres también hablan de amor (Editorial Emecé), “que reúne una colección de cartas de amor de 38 hombres célebres (personajes históricos, escritores y compositores) a diferentes mujeres de las que estuvieron enamorados (amantes, esposas, prometidas, amores imposibles)”.

Mozart, Napoleón, Lord Byron, Honoré Balzac, Victor Hugo, Charles Darwin y Oscar Wilde se cuentan entre los autores de las misivas. Y Beethoven. De él, en la película, se cita este fragmento: 

…Solo contigo puedo vivir plenamente o dejar de vivir. Calma, mi vida, mi todo. Solo considerando con calma nuestra existencia podemos lograr nuestro fin de vivir juntos. Sigue amándome. Nunca juzgues injustamente el leal corazón de tu amado. Siempre tuyo. Siempre mío. Siempre nuestro

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