Si solo necesitaran dos imágenes para expresar lo que buscan con sus fotos y sus videos, tal vez en Más que 1000 palabras elegirían dos emoticones: una de esas caritas amarillas sonriendo y otra carita llorando.
Sacar una lágrima o una sonrisa. A los novios, a sus familias, a sus amigos, a sus invitados o, incluso, al que ni siquiera conozca a la pareja. Tocar fibras, despertar emociones. Ahí está la clave del trabajo de Ana, de Laura, de César, de Alejandra, de todos los que hacen parte de esta empresa que en cada clic le da sentido a la conocida frase “una imagen vale más que mil palabras”.
Si no fueran fotógrafos serían: cantantes.
Lo mejor de su trabajo: las emociones que generamos.
Para qué la fotografía: para recordar.
Canon o Nikon: Canon, casi todos.
Un lugar para casarse: el Tayrona o una finca cafetera.
Un consejo para los novios: que se les note el amor.
Son muchos ojos, muchas miradas, muchos corazones dispuestos a narrar tu historia, la de tu matrimonio, a capturar los momentos tal y como sucedan. Naturales, espontáneos, sin dirigir nada, sin forzar nada.
Ser sombras, casi invisibles, esa idea les gusta en Más que 1000 palabras. Estar ahí, atentos a cuando corran las lágrimas, se den los besos, lleguen los abrazos y sorprendan los encuentros.
Y, con la esencia de retratistas y reporteros, con la luz natural de aliada, registrarlo todo: el lugar y el paisaje, si llueve o hace sol; la decoración y sus detalles, los grandes y los pequeños. Todo lo que nutra la historia, todo lo que quede en el recuerdo, todo lo que en un futuro sea digno de volver a ver. Y volver a reír o volver a llorar. Emocionar, siempre.
Una charla con los novios es una cita básica. Conocerlos, identificar si son tímidos o espontáneos, saber qué quieren, qué esperan. Para perderle el miedo a la cámara y ganar confianza una sesión de preboda es la elección apropiada.
Útil para descubrir el mejor ángulo, el lado más favorecedor, para sentir feeling con el fotógrafo y que la conexión y complicidad estén garantizadas el día de la boda.
Cantan, bailan, lloran. Llegan temprano y se quedan hasta más tarde, si es del caso. La buena actitud y energía siempre acompañan al equipo de Más que 1000 palabras. Saben que su trabajo no termina a la par con la fiesta. Continúa con horas y horas en las que depuran y seleccionan las mejores imágenes, intervienen el color, les dan ese toque final. Revisan cada segundo, cada minuto grabado. Vuelven a imaginar a la pareja para descifrar a qué canción sonaría su historia.
Si les pidieran revelar el secreto del éxito de unas fotos y un video de bodas, tal vez elegirían esa carita amarilla con dos corazones rojos por ojos. “Que se note el amor”, eso responden. En cada mirada, en cada gesto, en las manos cuando se tocan o entrelazan. Ese amor que solo queda en imágenes, que no se logra transmitir ni con más de mil palabras.
Ana, Laura y César
300 6147121 - 300 6146495
contacto@masque1000palabras.com
¿Con cuánta anticipación hay que buscarlos?
Con seis meses de anticipación sería lo ideal.
¿Trabajan fuera de Medellín?
Viajamos a todo el país.
¿Qué otro servicio les ofrecen a los novios?
Realizar la invitación para el matrimonio en video o animada.
¿Cuál es el tiempo para la entrega del material?
15 días las fotos y 3 meses los videos.
¿Cuántos profesionales cubren una boda?
Mínimo dos.
¿Cuál es la forma de pago?
Se reserva con el 50% y se paga el resto antes de la boda.
¿Además de bodas, qué otros eventos cubren?
Eventos familiares: bautizos, cumpleaños, quinces, aniversarios. Retratos de familias y niños y de maternidad y bebés.
(57) 315 383 6348 + (57) 310 549 0848 info@lalibretamorada.com
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