Alquimistas, químicos. Encuentran los elementos que se deben combinar y en qué medida. Conectan los proveedores y moldean sus servicios para que se adapten a diez, cincuenta, cien invitados…a veces más. Lo hacen con ganas, con mimo, con el respaldo que da el profesionalismo. Con una logística cuidadosa, con los horarios perfectamente calculados, con la paciencia y sensibilidad de los mejores investigadores, con el conocimiento orgánico y profundo que tienen de Antioquia para ofrecerles lo mejor a quienes acuden a ellos con el anhelo de enamorar a quienes más puedan de nuestra tierra.

Cada celebración es un experimento único. Cada pareja es un reto porque contiene extractos propios: naturaleza, cultura, gastronomía, ciudad, distancias, comodidades, cantidad. Para balancear cada fórmula cuentan con una red de apoyo extensa, más de ochenta emprendimientos y empresas hacen parte de esta cadena: conductores, cafeteros, hoteles, restaurantes, artistas, grafiteros, chocolateros, diseñadores gráficos, silleteros, guías urbanos, bares, discotecas. Todos ellos aportan su dosis en cada composición para darles a los que sueñan con casarse en Medellín y sus alrededores, una experiencia particular que lleve su esencia, el sello de una combinación precisa.

Feel Medellín, siente Medellín. Hay una invitación explícita en su nombre. Un sentimiento impregnado en sus letras. Siente su tierra. Sus colores. Sus aromas. Sus paisajes. Siente el amor, el cariño, la gratitud por esas parejas que regalan experiencias. Siente la dicha de complementar la compañía con una visita inolvidable, un recuerdo que permanezca. Siente la confianza de entregarles a los expertos la posibilidad de ser guía, creadores de historias hechas planes, para dejarlas en la memoria de cada visitante.

¿Por qué contratarlos? Son el apoyo de las parejas y planeadores en los días previos al matrimonio. Son, también, una anticipación y un después a lo que será la fiesta. Llevan, traen, acomodan, organizan, recogen en el aeropuerto y dejan a los invitados en el hotel, en una discoteca, en un tour por Medellín, en una finca cafetera, en un parque, en Guatapé.

Se encargan de darle a cada boda un toque turístico, al mismo tiempo que los extranjeros se llevan un fragmento del país. Una aleación impecable. Un souvenir que se traduce en anécdotas para contar y rememorar, albergadas para siempre en su mente y en su corazón.